Hola amigos. Estamos muy cercanos al 38 aniversario del crimen de Silio (Cantabria), y quiero tirar de hemeroteca para narraros una de las historias mas sobrecogedoras de la España negra, un asesinato acompañado de una brutalidad extrema, acabó con la vida de una niña, que si nadie a hecho nada por merecer la muerte, muchísimo menos esta joven cántabra de la que dicen sus amigos, era todo bondad, aparte de ser muy querida en todo el municipio y en especial en su pueblo.
Todo comienza en una mañana de Enero, cuando los padres sordomudos de Crisanta, acompañados por varios familiares, denuncian la desaparición de la niña de 16 años. Tras dos días de búsqueda, efectivos de la guardia civil intensifican la búsqueda, y todo ello da sus frutos al encontrar en un pinar, la cabeza y otras partes del cuerpo descuartizado de la niña.
A las pocas horas del funesto hallazgo, Josefa de 30 años, declara la autoria de tan brutal asesinato. Josefa, prima de Crisanta y con la presunta complicidad de su marido Ramiro, confiesa el asesinato, e incluso accede con lágrimas en los ojos a la reconstrucción de los hechos para intentar rebajar la condena, todo ello entre los gritos y la algarabía originada por los vecinos de Crisanta, intentando incluso agredir a la autora.
La reconstrucción de los hechos, no dejan margen al misterio o a las dudas, aunque lo que si resulta extraño e impensable, es el motivo que pudo llevar a Josefa a realizar semejante barbaridad.
Todos los datos llevan a pensar que la causa principal que llevó a realizar un hecho tan macabro, estaba principalmente motivado por la envidia y los celos que sentía Josefa hacia su prima Crisanta, por aquél entonces dueña de una tienda de ultramarinos. Esta tienda-bar, anteriormente en propiedad de Josefa, estaba en continuo declive y es por ello por lo que se la traspasa a su prima, que obtiene de ella un rendimiento bastante exitoso.
Días anteriores a tan brutal crimen, la tienda de ultramarinos de Crisanta es incendiada, y esta contrata a unos detectives, para que investiguen los hechos, puesto que a primera vista Crisanta, ni pensaba ni contaba con enemigos en el pueblo, sino más bien todo lo contrario, pues todo el pueblo la adoraba, de ahí el insospechado éxito de esa pequeña tienda de pueblo.
Una mala mañana antes de acudir a abrir su pequeño establecimiento, la joven Crisanta se acerca a casa de sus primos a por unos utensilios, es entonces cuando Josefa, aprovechando que su prima esta de cuclillas en el suelo, se abalanza sobre ella asestándola un hachazo, no la basta con ello, sino que posteriormente, procede a descuartizarla, escondiendo la mayor parte del cuerpo entre los muros de su vivienda, y las otras partes, desperdigándolas en un pinar cercano.
Las viejas voces ya, del pequeño pueblo de Silio, que un día incriminaron y arremetieron contra los autores, hoy guardan silencio sobre tan fatídico crimen. La memoria de los viejos, se esconde en el olvido y la casa de Josefa y Ramiro, a duras penas resiste, un pequeño árbol rodeado por la maleza sella la puerta, mientras una pequeña ventana deja entrever todo el pasillo de la casa, hasta que la cómplice oscuridad no deja ni ver ni sentir la bestialidad y crueldad, con la que se llevó a cabo tan feroz homicidio, aquella gélida mañana de Enero.